Lanzar un penalti puede parecer una tarea sencilla: balón parado, distancia corta y todo a tu favor. Sin embargo, es uno de los momentos de mayor presión en el fútbol, donde el componente técnico se mezcla con el mental. Un fallo puede marcar un antes y un después en un partido o incluso en una carrera.
En este artículo vas a aprender cómo no fallar un penalti, combinando principios técnicos, preparación mental y claves basadas en nuestras experiencias reales .
¿Por qué se fallan tantos penaltis?
Estos son los tres motivos más comunes:
- Falta de seguridad en la decisión.
- Errores técnicos en la postura o el golpeo.
- Lectura incorrecta del portero o del contexto.
La buena noticia es que todo esto se puede entrenar y automatizar. Un penalti no es suerte: es técnica, preparación y confianza.
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Decide dónde vas a tirar, pero observa al portero
Uno de los primeros consejos clave es tener una idea previa de dónde quieres disparar, pero sin desconectarte de lo que hace el portero.
Muchos porteros dan un pequeño paso previo para adivinar el lado, o tratan de distraerte. Por eso es importante que, mientras haces la carrera, mantengas la cabeza alta y puedas adaptar tu golpeo en función de lo que veas. Cuanto más capacidad de lectura desarrolles, más ventaja tendrás.
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La carrera importa: amplia, natural y ensayada
Una carrera suficientemente amplia te permite modificar la trayectoria si lo necesitas y generar más comodidad y potencia en el golpeo.
No hay una única forma correcta de correr hacia el balón, pero sí es fundamental haber practicado tu rutina muchas veces. Saber cuántos pasos das, desde qué distancia golpeas y con qué ángulo te perfilas, te ayudará a convertir el penalti en un gesto automático.
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El balón se coloca con seguridad
Aunque parezca un detalle menor, colocar el balón con decisión y sin titubeos marca la diferencia. Es parte del lenguaje corporal que transmite confianza tanto a ti como al portero.
Todo lo que haces antes del golpeo, desde la respiración hasta cómo colocas el balón, forma parte de la preparación mental y del control del momento.
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¿Qué superficie es mejor para golpear?
El interior del pie es más preciso, mientras que el empeine permite mayor potencia. Lo ideal es combinar ambas cosas: ajustar bien con el interior, pero no perder velocidad en el disparo.
La clave está en dominar el golpeo que más confianza te genere. Y sobre todo, evitar errores de base como un contacto impreciso o una pisada inestable.
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¿A qué zona de la portería disparar?
Los datos son claros: los lanzamientos a escuadra son los más difíciles de parar, aunque requieren mucha precisión. Si no te sientes seguro para arriesgar tanto, puedes optar por colocar el balón en la esquina baja más alejada del portero.
Eso sí: evita siempre la media altura. Es la zona más fácil de alcanzar para los porteros.
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El rol del delantero… y el valor de la práctica
Es cierto que los delanteros suelen tener mayor precisión desde los once metros. La explicación es sencilla: están más habituados a definir, se mueven constantemente dentro del área y su instinto finalizador está más desarrollado.
Sin embargo, esto no significa que centrocampistas o defensores no puedan ser igual de eficaces. La práctica constante, enfocada y realista es la herramienta que iguala la balanza entre posiciones.
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Zurdo o diestro: la clave es la ejecución
No existen diferencias estadísticamente significativas entre tiradores zurdos o diestros. Lo que verdaderamente marca la diferencia es la confianza, el control técnico y la toma de decisiones.
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Esconde tu intención hasta el último momento
Muchos jugadores cometen el error de “cantar” el lado hacia el que van a disparar con su lenguaje corporal, ya sea por la mirada, el perfil o una carrera muy evidente.
Es fundamental mantener una postura neutral que no revele intenciones. Si te perfilas mucho hacia un lado y luego disparas al mismo, el portero lo sabrá antes de que golpees. Aprende a disimular tu dirección real hasta el último segundo.
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Entrena la presión: simula el contexto real
No es lo mismo lanzar un penalti en el entrenamiento que hacerlo con un ascenso en juego.
Por eso es tan importante simular la presión: golpear tras un esfuerzo físico, con compañeros mirando o en escenarios de competición. Cuanto más expuesto estés al estrés de partido, más tranquilo y efectivo serás cuando llegue el momento real.
Conclusión
Saber cómo no fallar un penalti implica mucho más que elegir un lado y golpear fuerte. Es una combinación de:
- Decisión previa y capacidad de adaptación
- Técnica depurada y golpeo ensayado
- Control emocional y lenguaje corporal
- Lectura del portero y gestión del ritmo
Practica bajo presión, automatiza tu rutina y ejecuta con confianza. Si lo haces, cada penalti será una oportunidad de marcar la diferencia.
Por Álex y Mario Sabou, de Thel4fpro. Somos entrenadores, jugadores, preparadores y sabemos qué necesita un futbolista para maximizar su rendimiento.
Somos los autores de la GUÍA DEL FUTBOLISTA: TODO LO QUE NOS HUBIERA GUSTADO SABER y creadores de la Thel4fProAcademy.
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