Botas que se rompen con poco uso, chaquetas que dejan de ser impermeables, plumíferos o sacos que dejan de ser cálidos,…
Todos los materiales y herramientas que utilizamos de forma cotidiana sufren un envejecimiento progresivo.
Lo consideramos natural en muchos casos, como cuando las suelas del calzado pierden su relieve, tras recorrer kilómetros, las puntas de los crampones se achatan al movernos en zonas mixtas o la impermeabilidad de las prendas se pierde tras jornadas de uso intensivo.
Pero en otros casos da la impresión de que esa pérdida de cualidades no está justificada, como cuando se agrietan las carcasas de plástico de algunas botas poco utilizadas, las membranas impermeables y transpirables dejan de serlo, o se deshace algún botón de un gps con pocas horas de funcionamiento.


Lo cierto es que los materiales con los que se fabrican la ropa y el material de montaña no son totalmente inertes. No se mantienen inmutables para siempre.
Una vez fabricado el elemento que sea, las materias primas que lo componen pueden transformarse, y no siempre para bien.
¿Cuáles son los elementos que más afectan a la durabilidad del material de montaña?
- La temperatura ambiente
- Los choques térmicos
- La humedad
- Las radiaciones lumínicas
- Los agentes químicos
- El estrés mecánico
-
Durabilidad del material de montaña: La temperatura.
El calor influye sobre muchos materiales, naturales y artificiales.
Sometidos a temperaturas elevadas, como puede ocurrir en el maletero de un coche al sol, o sobre una calefacción, para acelerar su secado, las moléculas de algunos plásticos, presentes en calzados, por ejemplo, sufren un alargamiento de sus cadenas, se dilatan y ablandan, y se van volviendo frágiles, pudiendo rajarse o cascarse bajo golpes de media intensidad.
A su vez, las piezas metálicas sufren corrosión y los adhesivos y las pinturas se degradan más rápido bajo los efectos del calor, afectando a las costuras, uniones de piezas, acabado de las mismas, etcétera.

En cuanto al frío, uno de sus efectos importantes es que vuelve frágiles muchos polímeros presentes en prendas y materiales, como capelinas o recipientes de dudosa calidad.

-
Los choques térmicos
Algo similar puede ocurrir cuando los materiales sufren contrastes muy bruscos de temperatura, lo que puede volverles quebradizos.
Bajo los efectos de un choque térmico, algunos elementos que soportan bien el calor o el frío por separado, pueden quebrarse al experimentar de forma rápida dilataciones y contracciones.
-
La humedad
La humedad ambiental o el contacto directo con el agua de productos no aptos para ello genera oxidación precoz, pérdidas de color o corrosión, y se acelera el envejecimiento de sus componentes.
-
Las radiaciones lumínicas
En cuanto a las radiaciones lumínicas, especialmente presentes en zonas de alta montaña, tienen en el espectro ultravioleta sus más dañinos efectos.
UV-A, UV-B y UV-C son muy agresivas con los polímeros plásticos, los estropean y degradan.

La pérdida de color de esos materiales suele ser el efecto más evidente de esas radiaciones, pero también afectan a sus propiedades mecánicas, y encontrarse con una bota rota en medio de una travesía de esquí de montaña puede ser, más que un daño estético, un serio problema.

-
Agentes químicos
Bajo ambientes húmedos, cálidos y en presencia de algunos agentes químicos, como el oxígeno, ciertos materiales metálicos pueden sufrir una oxidación de las zonas exteriores o incluso una corrosión interna, que afectaría a sus propiedades físicas.
Las piezas que unen la parte anterior a la posterior de ciertos modelos de crampones, los anclajes de vías de escalada equipadas o flejes de antiguos mosquetones son elementos susceptibles de sufrir ese envejecimiento, si sus materiales no son adecuados o están mal mantenidos.
Elementos químicos como el citado oxígeno, el ozono, óxido nitroso, ciertos aceites y la sal influyen sobre la durabilidad de muchos materiales. Desde los metálicos, al caucho o las membranas transpirables.
El deterioro de muchas prendas impermeables se debe al efecto de las cremas que nos aplicamos en la piel y que contaminan los tejidos en contacto con ella.
También la sal de nuestro propio sudor hace envejecer de forma apresurada las cualidades de las membranas que impregna.

Lo mismo podemos decir de ciertas composiciones de caucho utilizado en botas o suelas, por ejemplo. Cuando entra en contacto con ciertos aceites, se degradan de forma acelerada sus propiedades físicas.
-
El estrés mecánico
Doblar siempre por el mismo sitio las ropas, o meterlas de forma descuidada en una bolsa o mochila puede ir produciendo despegamientos en el sellado de sus costuras, por ejemplo.
Y está claro que la presión y el rozamiento de los tirantes de la mochila o del arnés de escalada, por ejemplo, son agresivos para los tejidos que comprimen y rozan, haciendo que pierdan pronto sus propiedades, por lo que es frecuente que esas zonas tengan que estar reforzadas.

Durabilidad del material de montaña: el mal uso
Una causa más de pérdida de las cualidades de nuestras queridas y costosas prendas es el mal uso que hacemos de ellas en algunos casos.
Tal es el caso, por ejemplo, de las chaquetas de pluma o de los sacos de dormir que llevan ese excelente material aislante.
Sus propiedades se basan en la capacidad de retener aire entre las finísimas fibras del plumón. Pero cuando guardamos de forma prolongada el saco o la chaqueta en su funda de compresión, extraemos casi todo el aire y comprimimos la pluma, haciendo que se reparta mal en sus compartimentos y que no capte tanto aire, con lo que abrigan menos.
En estos casos, que dependen de nosotros, la solución es fácil. Basta con evitar los comportamientos citados.
En cuanto a las otras formas de envejecimiento, escoger marcas de reconocido prestigio y experiencia en la mejor alternativa 😊.
Ahora que ya sabes como podemos alargar bastante la vida de algunos de los materiales de montaña, es hora de elegir tu próxima ruta:
- ¿Cuáles son las rutas de montaña más populares en la Península?
- Pico Gilbo: ¡Descubre una de las mejores vistas de la Cordillera Cantábrica!
- Trekking Anillo Extrem Picos de Europa: tan exigente como inolvidable

Soy Kepa Lizarraga Sainz, Doctor en Medicina y Cirugía, Especialista en Medicina de la Educación Física y el Deporte y Diplomado en “Médicine et Biologíe des environnements extrêmes” por la Universidad de Burdeos.
He trabajado con deportistas de todos los niveles competitivos. Desde aficionado hasta élite mundial, y de especialidades tan diversas como el atletismo, el remo, piragüismo, ciclismo, triatlón, esquí en todas sus modalidades y, sobre todo, montañismo, que también practico.
Sobre el terreno, he sido médico de varias expediciones a las más altas cimas, cono el Everest y el K2, de largas travesías de montaña, como la Transpirenáica y de pruebas como el Campeonato del Mundo de Cross, de 1992, o la Universiada de invierno, en 1995, de Campeonatos del Mundo de Baloncesto femenino junior, de Cesta Punta o de Sokatira, de Campeonatos estatales de varios deportes, o médico de la Selección Española de Ciclismo femenino, por citar algunas pruebas.
He publicado varios libros sobre la Medicina aplicada a esos deportes, presentado comunicaciones científicas en Congresos internacionales y publicado más de 400 artículos de divulgación sobre Medicina del Deporte.
Actualmente colaboro, junto con mi hijo, Mikel Lizarraga Elejaga, en el Blog de montaña de Forum Sport.
Deja un comentario